Intersección Colegio/Cárcel

domingo, 10 de junio de 2007

Este viernes 8 fue importante para nosotros visitar la escuela. Nos dirigimos directamente a Andrés Abarca, el Inspector del establecimiento, porque es él quién ha mostrado más empatía con nosotros hasta el momento y está informado con más cabalidad sobre Tejiendo Barrio. Nos recibió en su oficina, y como un modo de seguir manteniendo la confianza y transparencia de lo que estamos haciendo decidimos darle a conocer la carta que enviaríamos a CORMUVAL (Corporación Municipal de Valparaíso) dirigida a Juan Inda Fuenzalida, del área de educación. A su vez, pedimos autorización para tomar fotografías dentro del colegio, el cual fue otorgado por el mismo Andrés. Muy importante fue lo que él nos dijo en ese momento, ya que tuvimos la oportunidad de informarnos de cosas que habían ocurrido en la semana y saber un poco más, la posición y opinión que tenía él al respecto.


Erick Fuentes, integrante de nuestro grupo, escribió lo siguiente según lo hablado con Andrés:

Llegamos pasado el medio día a la zona del mirador, subimos las escaleras y nos sentamos ahí en sus muros. Esperábamos, Carolina, Valeska y yo (Erick), a que los niños salieran de la escuela. Comenzaron a salir disgregados y vimos menos padres. Algo estaba pasando. Nos acercamos y pedimos hablar con el inspector. Unos segundos y fuimos recibidos. En la entrada interior, habían pequeños grupos de apoderados con caras preocupadas, unos por allá otros por acá, eso era un indicador.

Pasamos por el pasillo y a medio camino nos salio a recibir Andrés Abraca, inspector de la escuela, con quien ya habíamos hablado el viernes pasado. Esta vez, conversamos en otra oficina, cerrada. Y todo comenzó. El nos contó que se hizo una protesta pacifica que lamentablemente no tuvo mucha convocatoria, ya que asistieron un par de vecinos, apoderados informados (porque no todos lo estaban hasta ese momento) y, por supuesto, los niños que asisten al colegio, que viven en el barrio de la población Zenteno y sus cercanías. Acudió si mucha prensa, se hicieron entrevistas, harto alboroto, pero lo que vimos cuando visitamos el día Viernes recién pasado (8 de Junio) fue algo desconcertante por decirlo de alguna manera, para alguien que se encuentra haciendo preguntas en torno al rescate del patrimonio barrial. Esto debido a que los apoderados, unos pocos como ya dije, se encontraban reunidos en la escuela y su afuera, preocupados por lo que se encuentra sucediendo. Otros, se venían recién informando. Pero en muchos casos, había la típica división del "me caes mal", "ella no sabe lo que hace", "yo esto"… blabla. Con eso, no llegamos a ningún lado.

Andrés cuando hablo con nosotros, pregunto: "¿la gente sabe? Ellos piensan que era lo que había antes" (un centro de rehabilitación). Y nos dimos cuenta de la urgencia y magnitud del problema. Nadie esta(ba) informado de la situación. Porque con la nueva ley penal juvenil, una escuela publica esta al amparo de la cárcel de menores (que es lo que se esta terminando de construir al lado de la escuela). Andrés dijo que esto afectaría directamente al colegio, porque por un lado haría que la matricula, que ya es baja, caiga mucho más. Pero ni siquiera hay que esperar mucho, porque a la gente le gusta reclamar pero no tomar conciencia de que pueden hacer cambios concretos por el solo hecho de ser ciudadanos y de organizarse, algunos ya nos hablaban de sacar a sus hijos del colegio.

“Estamos hablando de delincuentes juveniles, y no de un centro de paso. Hay jóvenes que han asesinado, y la gran mayoría son reincidentes que vendrán de Santiago”. Andrés, tocado profundamente, nos manifestaba su preocupación intima, porque en la escuela también esta su hijo, pregunta claro: "¿y la seguridad? No hay". Y revisamos todo, caminamos y revisamos todo. Lo fotografiamos para exponerlo aquí en el blog. Hay un sistema de protección mínimo, endeble, de rejas y placas que son fácilmente trepables. Además, como pudimos comprobar en terreno, en el inicio de la reja que divide el colegio de la nueva cárcel, los niños tienen su baño allí mismo, lugar por donde seria muy fácil fugarse; esta es una preocupación de todos en la escuela. Porque además, los terceros pisos de ambos sitios se encuentran unidos. La pregunta es clara: ¿de cuál seguridad hablan?

Y Andrés reargumenta definitivo: "¿Qué nivel de educación puede mejorar teniendo una cárcel al lado?". Allí guardamos silencio porque hay preocupación familiar en todo el barrio, hay mucha tensión. Porque esto, lectores, afecta(rá) el entorno.

Porque además de estar los delincuentes en la cárcel al lado del colegio, con los gendarmes armados y todo lo que una cárcel significa (imaginen a los niños en ese clima), sepan de antemano, que el barrio sufrirá directa o indirectamente de todo esto (imaginen a los niños en la calle). O no se ha pensado en los familiares de los delincuentes, que no es por juzgar, pero todos sabemos, en muchos casos, son también responsables de lo que ha sucedido; familias de traficantes, ladrones, etc. ¿Qué pasara cuando hayan visitas?, ¿No afectara que esta gente llegue a este barrio?, ¿No pueden acaso ellos, comenzar a operar también en la zona?

Entendemos a los vecinos. Puesto que no hay una junta vecinal ni un medio de gobierno que haya informado de esto a la zona, no como se debe, si es que de verdad se hizo. Todos (recuerden que nosotros investigamos la zona desde el 2005, conversamos con mucha gente, tenemos un amplio registro del lugar y de entrevistas y no sabíamos nada) no sabían de lo que ahora se concreta. Incluso, se afirmó que los vecinos aprobaron esto cuando vemos que no es así.

Por un lado, el barrio completo como ciudadanos con derechos debe organizarse, puesto que esto no compete solo a la escuela. Por otro, basta de echarse la culpa por estupideces. Hay que velar por algo común y superior, no por migajas de inconciencia. Y da lo mismo venga quien venga, sea un senador, la prensa o la presidenta, puesto que si ustedes no se logran organizar internamente como comunidad, ¿Cómo vendrán a ayudarlos de otras partes? ¿Cómo podrán participar de sus reuniones y marchas? Hay que detener a los que debaten sobre banalidades, que guarden silencio puesto que no contribuyen para con los demás, piensan con el estomago y son cobardes. Generalmente, son quienes buscan buenos asientos en el sistema, esos que pronto olvidan sus objetivos. No escuchen a los divisores entre ustedes, miren los ojos de los niños, allí esta la respuesta. Véanlos y no luchen, sino, generen conciencia en su comunidad de que por ellos ustedes harían cualquier cosa, son sus hijos, merecen una mejor oportunidad que la que se les esta dando.

¿Cómo se puede hacer algo como esto? Si esto prosigue, será por la inconciencia de quienes representan y velan por la seguridad y bienestar de la ciudadanía, y por la falta de conciencia de esta para organizarse por su valor común. Si esto prosigue, veamos que sucede con la cárcel abierta. Con el daño seguro que recibirá emocionalmente todo lo que vive en ese barrio, niños, padres y abuelos (que también viven muchos).

Por una vez, démonos cuenta de que con oportunidades como esta pueden surgir grandes cosas, haciendo lo pequeño, el trabajo correcto. Pero hay que velar por el otro, por lo que queremos, por el barrio que te ha hecho parte de lo que eres. No nos quedemos a ver en una televisión como todo lo que realmente vale, la vida de nuestros barrios, la vida de quienes viven ahí y de su espacio de habitar cotidiano, se pudren por soluciones como esta, como ocurre en otros lugares del país.

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